Raquelinda existe y pertenece a un lugar y este lugar existe porque le pertenece.
Vive en un pequeño pueblo que se llama Entalada, una “invernera”, con unas ocho casitas y un horno comunitario. Muros de piedra cercan la tierra pintado de verde, entre “sotos” de robles que son la piel del cuerpo acostado de la sierra de Peneda. El rio Laboreiro nace en el Paraiso y se desliza, entre valles, en una cama de piedra donde Espanha e Portugal se acuestan. És la tierra de vacas y lobos.
Permanentemente viven dos famílias en el pueblo, otros solamente de visita. Raquelinda vive con su hombre y con uno de sus dos hijos que mientras tanto ha regresado. Desgraciadamiente los dos hombres son enfermos. Ella cuida de ellos, como cuidó de sus padres, como cuida de sus animales y como cuida de sus pequeñas hileras.
En el año passado, com mucho esfuerzo, ha hecho, quizá, su ultima trashumancia hasta la casa de la “branda”. En el verano caliente trasladó los hombres y algunos pertenences de coche y despois volvió para conducir a pied, unos ocho kms, los animales hasta los pastos más arriba y volver solo nel inverno.
Asi és toda su vida de mujer trabajando, caminando sin descanso pero cantando y llorando como una loba de las montañas.
O tio Jorge, que anda a ter umas aulas de Espanhol, escreveu este belo texto sobre a nossa vizinha da Entalada. Não referiu é que ela também escreve e recita uns hermosos versos sobre a sua vida, como podem ver neste pequeno vídeo. O desenho supra é da Graça Morais.